Archivos, 442: Archivo de la Parroquia de La Magdalena de Dos Hermanas

Durante las últimas semanas, y debido al cierre del Archivo General del Arzobispado de Sevilla, que me ahorraba el desplazamiento a las parroquias de la diócesis y, lo que más valoro, facilitaba y agilizaba las investigaciones genealógicas, me he dedicado a hacer turismo parroquial y he consultado, entre otros, los archivos parroquiales de San Juan y San Gil, en Écija; de La Magdalena, en Sevilla; de Santiago, en Utrera; de Villamanrique y de Dos Hermanas, del que os hablaré hoy.

Y ante un altar mayor presidido por Santa María Magdalena (la advocación de la parroquia), Santa Ana (la patrona de Dos Hermanas y cuya festividad celebramos hoy), la Virgen del Carmen (cuya festividad se celebraba entonces) y una reciente talla de la sevillana Santa Ángela de la Cruz, participé, antes de pasar a consultar el archivo y dado que el párroco me había citado para después de la misa, en una eucaristía marcada por la nueva normalidad.

El archivo se encuentra en un despacho anexo a la sacristía, en un armario, hecho a medida del mismo, que puede tener unos cuatro metros de ancho por más de tres de alto, por lo que se precisa de una escalera para acceder a buena parte del mismo y, como no podía ser de otra manera (la ley de Murphy), todo lo que pedí se encontraba en los estantes superiores.

Seguramente, cuando regrese a este archivo, si lo hago alguna vez, el archivo se encontrará en otra sala, que permita un mayor desahogo del despacho parroquial, debido a las obras que, en principio, van a acometer en la parroquia durante este verano.

Como el resto de archivos de su clase, su inventario se encuentra publicado en el tomo primero del Catálogo de archivos parroquiales de la provincia de Sevilla, aunque su inventario se había realizado años antes de la publicación del mismo por Antonio J. López Gutiérrez y Magdalena Canelles.

Las series sacramentales comienzan en el segundo cuarto del siglo XVII: los bautismos, en 1630, los matrimonios en 1636 y las defunciones, en 1628. En el caso de los bautismos, se han perdido los ocho primeros libros (el primer libro conservado es el libro noveno); en el de los matrimonios, se han perdido los dos primeros, aunque el estado conservación de los dos siguientes solo permiten realizar una investigación en condiciones a partir de 1660; y en el caso de las defunciones, una nota a pie de página en el inventario nos advierte que los primeros 18 libros (desde 1628 hasta 1844) son, realmente, libros de colecturía donde se han registrado defunciones, siendo el libro 18 el primer libro de defunciones como tal.

Aunque parte de los libros de las tres series tienen índices, son los menos, y los libros-índice existentes no cubren toda la serie: el índice de bautismos arranca en 1722, el de matrimonios en 1841 y el de defunciones en 1871, lo que obliga a consultar, en muchos casos, libro a libro, partida a partida.

Además, hay libros de confirmaciones, desde 1721; de velaciones que cubren la primera del siglo XIX; de membretes de bautismos, amonestaciones y defunciones para los siglos XIX y XX; y expedientes matrimoniales desde 1863 aunque, como sabéis, los anteriores se encuentran en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla.