Para terminar con esta serie de entradas sobre Fuentes para la genealogía canaria en los archivos sevillanos (I, II y III), lo haremos con el Archivo General del Arzobispado de Sevilla, nombre que recibe en Sevilla el Archivo Histórico Diocesano de otras diócesis pero que, a diferencia de otros archivos de este tipo, no ha concentrado los archivos parroquiales de su diócesis.
Todavía hoy, las diócesis canarias son sufragáneas de la archidiócesis de Sevilla pero… ¿qué significa esto? A día de hoy esto significa poco pero en el pasado, desde la misma creación del obispado de Canarias en 1404, implicaba que las causas juzgadas en su tribunal diocesano, ya fuesen civiles o criminales, pudieran ser llevadas, en régimen de apelación, ante el Arzobispo de Sevilla que actuaba como juez metropolitano. Por tanto, en el Archivo General del Arzobispado de Sevilla podremos encontrar expedientes de todo tipo en régimen de apelación procedentes de las Islas Canarias.
Toda esta documentación se conserva dentro de la serie «Apelaciones» de la sección «Justicia» de este Archivo y, para conocer de qué tipo de expedientes estamos hablando, os recomiendo la lectura de dos artículos que glosan su contenido. Se trata del «Catálogo de la documentación canaria existente en el Archivo General del palacio Arzobispal de Sevilla» y «Problemática de los pleitos apelados del Obispado de Canarias al Tribunal Metropolitano de Sevilla (1595-1650)«, publicados en las actas del III y del VI Coloquio de historia canario-americana, respectivamente.
Por lo que podemos leer en estos dos artículos, los autos apelados procedentes de Canarias se agrupan en 42 legajos en total, ordenados cronológicamente. La serie completa de Apelaciones se compone de unos 300 legajos por lo que el 14% de la misma procede del Tribunal de Canarias. Encontramos 216 expedientes entre 1621 y 1857 correspondientes a pleitos en segunda instancia ante el Provisor del Arzobispado y referentes a Capellanías, a los que hay que sumar otros 97 expedientes, cuyas fechas extremas van de 1596 a 1871, formados por pleitos matrimoniales, jurisdiccionales, divorcios, etc…
Para que el lector se haga una idea del contenido de estos expedientes, podemos citar algunos del legajo 13999, como los «autos de oposición a la capellanía fundada por el licenciado D. Andrés Felipe Ramos, vacante por haber contraído matrimonio D. Rafael Pineda, su último capellán (1807)», que proporcionan información de las 6 generaciones de la familia que separan a fundador y último capellán; al igual que las 8 generaciones que separan a «Antonio Luis de Sexas, vecino de la villa de La Orotava en la Isla de Tenerife, y D. Francisco Ferrer Salcedo, presbítero, vecino de la de La Palma (1803)» con Catalina Salcedo, fundadora de otra capellanía. Por último, «la capellanía del licenciado D. Juan Tello Cáceres y agregación de D. Juan Suárez Tello» se la disputan en 1807 los hermanos D. Jacinto y D. Domingo Llarena, que descendían por varias líneas (incluidos los Falcón, los Betancurt y los Bravo de Lagunas), como séptimos, y también octavos, nietos del fundador, y quintos nietos del segundo patrono de dicha capellanía.
Sin salir de la sección Justicia, encontramos la serie «Palabras de casamiento» o, mejor, de autos por incumplimiento de palabras de casamiento, desistimientos de dicha palabra, esposas que demandan a sus maridos para que estos hagan vida maridable… y maridos que demandan a sus esposas para que “guarde[n] inviolablemente la paz y unión del matrimonio”, etc… En el legajo 4259 (14370), por ejemplo, se conservan un par de expedientes en grado de apelación en el que los esposos son canarios uno de los cuales es un expediente, de cierto volumen, de 1698, entre Doña Ana Guillermo Clerque con Juan de Zárate, ambos vecinos de la ciudad de La Laguna, sobre palabra y promesa de matrimonio ya que “siendo mi parte [Doña Ana] una doncella honesta y recogida y estando viviendo con su madre y hermanos con toda honestidad y recogimiento la solicitó de amores el dicho Juan de Zárate, inquietándola y le dio palabra de casarse con ella, la cual aceptó la susodicha, y le dio palabra de ser su mujer (…) [y que Zárate] entró con mucha frecuencia y a todas horas en su casa con gran familiaridad y la solicitó con mayores veras haciéndole diferentes regalos y asistiéndola como si fuera su mujer propia y en fe de la dicha palabra y ofreciendo cumplírsela solicitó mezclarse carnalmente con mi parte, quien en fe de que el susodicho le cumpliría dicha palabra se dejó vencer y al estupro de que resultó preñada y parió una niña que el susodicho dio a criar a María Catalina y le pagaba su salario y le daba de vestir y acudía con lo necesario a la dicha niña (…)”. El tribunal canario sentenció que Zárate debía casar con Ana de Frías pero el tribunal hispalense sentenció lo contrario.
Este expediente es sólo una muestra de lo que podemos encontrar en esta serie de modo que en la serie «Divorcios», también dentro de la sección Justicia, podrían conservarse autos protagonizados por esposos canarios.
Y, a falta de la última entrada de esta serie, me permito recordaros, por última vez, que mañana concluye el plazo para presentar comunicaciones al I Congreso Internacional de Genealogía e Historia Familiar de Canarias.