Sucedió, tal día como hoy, hace 219 años.
No era la primera vez que un conocido comerciante riojano en Cádiz, D. Sebastián Martínez Pérez (Treguajantes, 1747 – Cádiz, 1800), tenía que otorgar testamento en virtud de un poder que alguno de sus socios, parientes, paisanos y amigos, le había concedido previamente. Pero no debió ser fácil aquel día.
Su íntimo amigo y compañero, D. Francisco Antonio Isasi Lombillo (Pedroso, La Rioja – Almonte, 1796), había aparecido muerto en el término de Almonte. Tan sólo un año antes, el 17 de julio de 1795, éste le había otorgado poder para testar ante un escribano de Sanlúcar de Barrameda y aquel 27 de enero de 1797 se encontraba otorgando el testamento en nombre de su malogrado amigo, el cual comenzaba así:
Lo primero, manifiesto que el enunciado D. Francisco Antonio de Isasi Lombillo falleció hallándose en el paraje que nombran la Torre de la Higuera, término de la villa de Almonte, el día veinticinco de agosto del año próximo pasado [1796] y a causa de la fetidez que expedía su cadáver no se le pudo remover del referido sitio para darle eclesiástica sepultura, y con este motivo quedó en el mismo enterrado en la arena dentro de una caja que al intento se hizo, todo lo cual tuvo procedencia de la enfermedad del pecho de que padecía…
Archivo Histórico Provincial de Cádiz, Protocolos Notariales, Cádiz, prot. 2582, fol. 205-217v.
Sucedió hace 219 años. Nadie debió pasar por aquel paraje aquel 25 de agosto. Hoy, Torre de la Higuera, Matalascañas, Almonte, estará abarrotada.