La idea de escribir este artículo, publicado inicialmente en 2010 en la revista Cuadernos de Genealogía, de la Asociación de Genealogía Hispana, HISPAGEN, y que ve la luz de nuevo en forma de cinco entradas, nació cuando el invierno de 2010 se hacía notar entre los gruesos muros del Alcázar de Toledo, hoy convertido en Museo del Ejército, y comenzó a tomar forma en los inicios de la primavera toledana.
El montaje de piezas del Museo del Ejército supuso el encuentro de los dos campos en los que desarrollo mi actividad profesional: la museografía y la genealogía. A medida que el montaje de piezas avanzaba, encontraba en aquellas vitrinas retratos, objetos y otros elementos relacionados con lejanos parientes, ya fueran militares, políticos o artistas, pero todos con algo en común: eran descendientes del linaje de Tejada, radicado en la Sierra de Cameros, en La Rioja. Cada vitrina que se cerraba recogía en su interior no solo pequeños fragmentos de la historia de España sino también de la historia genealógica del linaje de Tejada.
Esta serie de entradas pretende establecer un diálogo entre la genealogía, entendida como ciencia dedicada al estudio de nuestros antepasados, y los museos, instituciones que conservan colecciones de piezas que pertenecieron, que fueron ejecutadas o reunidas por aquellos antepasados. Aunque no esté inventando nada nuevo, reflexiono sobre el papel de los museos como una posible fuente de información genealógica e intento despertar en el profesional de los museos la curiosidad por esta ciencia auxiliar de la historia, y viceversa, que el genealogista aficionado se convierta en visitante de museos desde otro punto de vista.
Para los que no podáis esperar a la semana que viene y queráis seguir leyendo, podéis descargaros el artículo completo aquí.
Voy a leérmelo ya! 🙂