Nadie habla ya del incendio del Archivo Municipal de Los Palacios y Villafranca y, menos aún, de sus causas. Hace dos días leí una noticia en la que se buscaban padrinos para libros de más de 200 años y ayer me preguntaba en Facebook si se podría hacer algo parecido en los archivos españoles, ¿empezando quizá por este archivo?
Si hay algún archivero capaz de resucitar un archivo ese es Julio Mayo, archivero municipal de Los Palacios, quien hace ya casi cinco meses tuvo la desgracia de ver cómo su archivo era pasto de las llamas.
Las noticias e imágenes publicadas en prensa eran demoledoras pero ver personalmente esos legajos ennegrecidos por el fuego y el humo, algunos todavía humedecidos por el agua y otros muchos dispuestos en el suelo a la espera de que les llegase su turno para su recuperación, fue tremendo.
Casi un mes después del atentado –no cabe otra palabra cuando se trata de patrimonio, patrimonio documental que, además, es público–, tuve la “mala” suerte de visitar el archivo, ubicado temporalmente en una nave de un polígono industrial. Lo hice junto a varios colegas, miembros de la Asociación Provincial Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales (ASCIL), y cuya crónica de la visita, que pueden leer aquí, fue redactada por nuestro común amigo Salvador Hernández González, doctor en Historia del Arte.
Conocí a Julio Mayo cuando el siglo XX llegaba a su fin. Es archivero, pero también investigador y gran conocedor de la historia de su pueblo, entre otras cosas. No hay archivo español entre cuyos fondos se conserven documentos de Los Palacios y Villafranca que no conozca. No hay quien lo sorprenda. No lo he conseguido con mis últimos correos o whatsapps en los que le daba noticia de este o aquel documento conservado en tal o cual archivo. Quizá lo haga con esta entrada.
Visité su archivo para consultar unas cuentas de arbitrios del siglo XVIII. Como tantos otros archivos municipales que han sufrido importantes pérdidas, he podido comprobar que los únicos fondos del Antiguo Régimen que suelen conservarse en ellos están relacionados con las propiedades concejiles, con la delimitación del término y con otros aspectos relacionados con los intereses económicos de la población.
Por su importancia para el municipio, este tipo de documentación resiste inundaciones, incendios, ventas de papel o robos (porque no todo se perdió en guerras inciviles), en detrimento de otro tipo de documentación que compromete a las personas, a las oligarquías locales, a los poderosos… y que, eso creo, ha desaparecido de forma intencionada en algunos casos y como, presuntamente, ha podido suceder con el incendio que hace ahora varios meses casi destruye por completo este archivo.
A mediados del siglo XVIII, las villas de Paradas y Los Palacios –por aquel entonces aún no se había unido a Villafranca de la Marisma, siendo dos municipios distintos– eran las únicas poblaciones del antiguo Reino de Sevilla que no tenían término municipal, es decir, que sus límites no iban más allá de donde acababan los muros de sus casas y sus calles morían en los campos de los términos vecinos. A diferencia de la villa señorial de Los Palacios, cuyos vecinos eran vasallos del duque de Arcos, Villafranca de la Marisma tuvo que acudir a un arbitrio para el «tanteo de su jurisdicción»: el arrendamiento de 3000 fanegas de su extenso término con cuyo producto «pagar su libertad» y volver al realengo ya que había sido vendida en 1631 al duque de Arcos.
Las cuentas de este arbitrio, junto al conocido como Libro Becerro, son los únicos documentos de este archivo anteriores al siglo XIX, y hablo en presente porque estos legajos se han salvado milagrosamente del fuego y del agua. Y reflexiono en voz alta: ¿no podría llevarse a cabo una campaña que, bajo el nombre de «Apadrina un legajo«, contribuyese a recuperar y restaurar los documentos afectados por el incendio de hace unos meses? Estoy seguro de que una iniciativa similar a la de Biblioteca de la Universitat de Barcelona ayudaría a Julio a resucitar su archivo.
Bondia, Enrique, Abundando en el tema de la última entrada de tu blog , he pensado que quizás no conoces (o sí) el blog de un amigo mío sevillano, Fernando Hidalgo Lerdo de Tejada, que hace crónicas de los archivos que consulta. Te reboto el ultimo recibido. Saludos, Juan
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Gracias, Juan, estoy leyendo tu comentario aquí en mi blog pero no sé si al mismo tiempo se está publicando en otro (como dices que lo rebotas…). No sé si te refieres a Enrique Boix (nos seguimos mutuamente en blogs y redes sociales), cuya última entrada he leído hace unos minutos, con ese magnífico carrusel por los archivos del levante español…. Tendré que hacer uno por el sur de España… Un abrazo y ¡gracias por la recomendación!